«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Me casé con un notario pero me van más los narcos mexicanos

1 de octubre de 2015

Hay excéntricas para todo en esta vida, las hay a las que le gustan pobres, que se enamoran de paisajistas o que entregan su corazón a comerciales de corbata morada y zapato de punta cuadrada. Incluso las hay que se casan con registradores de la propiedad y soportan los enfados a golpe de canto de tema: 

1.No me has llamado

2.El otro día cené con tu madre

3.Esa falda es muy corta

4.Llevas 3 días sin hablarme

Que a una le guste un paisajista no es peor que casarse con un biólogo. Con ambos se acostarán dilucidando las similitudes entre  el Hippocastanum y el Achilleifollium y se despertarán en un ¡ay! por si se les olvidó regar la Howea forsteriana.  

Peor aún es entregarse en cuerpo y alma a un cocinero, lo que en su mente habían imaginado como bucólicas tardes en cocinas provenzales al calor de los fogones entre beso y arrumaco, terminará con sus cuerpos esferificados y sus corazones crionizados. Cuando el amor se derrumbe como un soufflé se encontrarán enamoradas hasta el tuétano y lo que es peor, con 20 kilos de más. 

Con un abogado se corre el riesgo de acabar viendo bebés cantarines en pañales a lo Ally McBeal. Si las diablesas visten de Prada, los diablos llevan tirantes de botón. El romance irá bien siempre y cuando sean ellos quienes dicten sentencia. En cualquier momento le pueden abrir procedimiento sin opción a recurso. Tan seductores y pagados de sí mismos, los letrados la sentarán a una en el banquillo para litigar incluso la temperatura adecuada del frigorífico. 

Otras se fijarán en un periodista al que prometan “un contigo pan y cebolla”. Chesterton, Keynes, el desplome de la bolsa china o la situación de los refugiados en el Sáhara Occidental… Un Watergate soporífero planeará sobre la relación desde el momento en el que lo que sientan en la tripa dejen de ser mariposas para convertirse en hambre. 

En cambio, los consultores o controller, ya sean maniáticos, ordenados, espídicos o aburridos tan sólo necesitarán fiscalizar cuánto gastas en támpax. En menos de lo que tarda Margallo en liarla en Cataluña se verá ella enfundada en un pijama de franela y haciendo la compra en el Día para ver Cine de Barrio

Con pijama, aunque en este caso de Shetland, dormirás junto a un rentista. No están mal si decides ignorar que de cada 10 palabras que pronuncie, 8 de ellas sean montería, corzo, campo, cochino, descaste, perdices, furtivo o veda. 

Los médicos tienen un pasar si a una no le da por engancharse a Anatomía de Grey e imaginar a su pareja practicando el Kamasutra con todas las cirujanas y enfermeras de la planta. Por su parte, los directores de cine y demás personal del celuloide pueden llegar a ser correctos si no tienes reparo en revolcarte en el festival de Benicassim.  

Las que no tengan vocación para el matrimonio siempre podrán casarse con un tiburón de la banca privada que con su ausencia y dividendos esponsorice su soltería. Como yo sí la tengo, he llegado a la conclusión, de que lo mejor que puede pasarme es entonar el sí quiero con un narco mejicano. Ya me veo como Salma Hayek en Salvajes haciendo y deshaciendo a mi antojo.

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