«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Defectos graves de las Cofradías. Que hay que corregir ya

Hace pocos días asistimos asombrados al pregón cofradiero de un joven de Málaga. Hoy no se trata de un mindundi sin el menor relieve cofrade sino de el vicehermano mayor de la cofradía que saca procesionalmente al Cristo de Medinaceli. Y que en realidad es el Hermano Mayor efectivo pues el cargo supremo recae honorariamente en los Duques de Medinaceli. 

Pues así piensa ese ViceHermano Mayor.

http://www.elmundo.es/madrid/2014/04/17/53500ab022601deb7c8b4577.html

Lo de menos son las distancias que marca con su cardenal. Aunque pequen de ingratitud pues ayer, tras la imagen del Cristo, iba Don Antonio María Rouco. Inmediatamente detrás. Por cierto que algunos de mis nietos se lo encontraron cuando él y ellos visitaban los monumentos. Se acercaron a saludarle, son desparpajados, y el cardenal estuvo amabilísimo con ellos. Siempre lo es con los niños. ¡Vaya!, escrito esto hasta puede entenderse que no lo es con los demás. No era ese mi propósito. No puedo hablar por otros porque no lo sé. Con mi mujer y conmigo, las poquísimas veces que nos hemos tropezado, y el tropiezo quiere decir un encuentro casual y no otra cosa, siempre estuvo muy amable.

Su madre le  preguntó al mayor de mis nietos varones, trece años, si se habían identificado. La respuesta fue sabia: No nos atrevimos. Ese nieto, también los demás, apunta maneras. Aunque pienso que con Don Antonio María, tan próximo siempre a los niños, no habría habido el menor problema. En una ocasión, hace ya bastantes años, tendría el niño, hoy ya adolescente, siete u ochos años, se encontraron con el cardenal en la parroquia de Caná. El cardenal hace a los niños una bendición muy hermosa. Les traza la cruz sobre sus frentes. Lo mismo que hacía mi mujer en su última visita diaria a sus hijos cuando ya estaban dormidos. 

El cardenal le preguntó: ¿Cómo te llamas?

Y el niño respondió: Antonio María.

Como yo, dijo el cardenal.

Y mi nieto le respondió: Pero no es por usted sino por San Antonio María Claret. 

Yo no estaba presente pero me imagino la sonrisa del cardenal. Qué gana mucho sonriendo. 

Pero me estoy alejando, como siempre, de lo que quería deciros. Ese viceHermano Mayor me parece impresentable. Será muy simpático, muy activo muy todo lo que quieran pero un Hermano Mayor de una Cofradía de la Iglesia no puede manifestarse así. Y eso tienen que corregirlo las Cofradías si se quieren eclesiales.Y si no son eclesiales sobran las cofradías. Con Cristo de Medinaceli o sin él.  Y sea el Hermano Mayor efectivo, flaco o en trado en carnes, con barba o sin ella, eso es igual. Lo que es absolutamente preciso que sea es eclesial. Las perroflautadas cuanto más lejos estén de la cofradías, mejor

  

TEMAS |
.
Fondo newsletter