«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Otro jesuita lamentable. ¿Y van ya…?

Este dinosaurio se llama Francesc Xammar. Y debe estar convencido de que San Ignacio fundó la Compañía a mayor gloria de Mas, de CiU y de ERC.

http://dolcacatalunya.com/2014/06/25/que-hace-este-jesuita-sembrando-cizana-en-un-mitin-separatista/

Pues con elementos así a continuar la ya larga marcha al abismo. No desesperen. Cada vez lo tienen más cerca. ¿Ustedes tan felices? Pues los demás también. ¿Quiénes somo nosotros para criticar su loca carrera hacia la desaparición y la muerte? 

La Compañía de Jesús, ya terminal en Europa, acaba de dar a este necio una desautorización contundente. Hasta ayer mismo había jesuitas catalanes, vascos, béticos, castellanos hoy ya sólo quedan jesuitas de la única provincia de España. Y en Barcelona estará un extremeño, en Galicia un canario y en Salamanca un catalán. Se mueren todos pero se van a morir mezclados. Cada vez menos pero revueltos. No es lo mismo tener una ikurriña o una estelada en Loyola, Deusto o San Cugat que en Villafranca de los Barros, Las Palmas o Chamartín.

Lo que en unos sitios es un manifiesto en otros no pasa de una inútil nostalgia. Se acaban los jesuitas españoles pero con ellos se van también los herejes, los separatistas, los abortistas… Han conseguido irse sin que lo lamente nadie. Porque en realidad hacía ya mucho tiempo que no existían. No son nadie, no importan a nadie, no les sigue nadie. Pusieron el corazón en el Pozo del Tío Raimundo aborreciendo todo lo que la calle Serrano podía significar. Pero llegado el momento es del Pozo de donde se marchan y Serrano donde se quedan. Y también para la siguiente retirada la elección será muy sencilla: Serrano y no La Ventilla.

Xammar me parece un pobre hombre que no dice nada a nadie. Como casi todos los jesuitas de hoy. Las contadas excepciones son, para desgracia institucional, los escasos jesuitas que se mantienen fieles al carisma ignaciano. Ese que han echado por la borda desde los generales a los últimos soldados. Ahora se encuentran con una navío desarbolado en medio de una espantosa tempestad, con un capitan inútil que ya ha tirado la toalla anunciando que ahí les deja, y una tripulación desanimada, dividida y en la que los grumetes tienen ya 70 años. Como para subir a la cofa.

No es que no haya voz de mando, que ciertamente no la hay, es que si la hubiera no sería atendida. Durante cincuenta años se ha dado alcohol a la marinería, como antes se hacía para entrar en combate en los ejércitos, Pero lo que podía dar resultado momentáneamente y despertar heroicidades en los cobardes, es de pésimos resultados administrado todos los días. Porque entonces en vez de enardecer, adormece. Y eso ha ocurrido. Dando además la impresión de que no ha sido ingerido sólo por quiene han de saltar de la trinchera o lanzarse al abordaje del navío enemigo sino también, en abundantes cantidades, en los Estados Mayores. Parece que en estos con preponderancia de sake que en constituciones no preparadas para ello produce alucinaciones místico-estúpidas, personalidades psiquiátricas, decisiones sin sentido e incluso de sentido favorable al enemigo.

Todo ello, y mucho sake, ha llevado a la Compañía de Jesús a ese sucedáneo actual que ciertamente no es Compañía y mucho menos de Jesús. Un potpourri en el que cabe todo, con preponderancia de lo peor. Y en la que un Xammar ya no extraña a nadie. Aunque fuera un Xammerd. Hubo un tiempo en el que me indignaba que mi admirada Compañía de Jesús se convietiera en ese cenagal. Conseguí romper la conexión. No tiene nada que ver mi Compañía de Jesús, la de Ignacio, los Franciscos, los jóvenes que se nos proponían en nuestra adolescencia: Luis, Estanislao, Juan, los mártires del Japón, de Inglaterra, de las misiones, el P. Pro, del Méjico Cristero, las cumbres teológicas: Belarmino, Suárez, Billot…, los misioneros populares, los directores de conciencias, el santo Padre Rubio, el P. Tarín… Eran de ayer y lo llenaban todo. Y el cielo de santos. Hoy, con perdón, son una m… Como Xammar, como Nicolás, como Masiá, como González Faus, como la mayoría de los «adveridos» por la CDF que en su mayoría son también jesuitas.

Yno se me venga con la estupidez de la frontera. Que puede ser un destino heroico para defenderla del enemigo o un lugar de mil corrupciones donde abundan contrabandistas, prostitutas, policías corruptos, y todo ejemplo de mal vivir.

Lo malo de este Xammar no es su caso. Lo atroz es que abunden los xammares, que haya hoy muchos más xammares que Lorings. Que la Compañía de Jesús sea una compañía de xammares. No faltará quien piense que una m de Compañía.   

 

 

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