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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Misa tradicional en Valladolid

Los vallisoletanos inauguran la misa por el modo extraordinario. De momento será mensual. El arzobispo vallisoletano, Don Ricardo Blázquez, la ha autorizado y la primera la celebrará Don Raúl Olazábal, del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote a quien tanto debe la misa tradicional en España.

Que Don Ricardo, con su proverbial bonhomía personal no iba a poner dificultades a la solicitud de unos fieles se daba por descontado pero además su condición de presidente de la Conferencia Episcopal Española supone un especial respaldo a esta forma del rito latino.

http://accionliturgica.blogspot.it/2014/04/misa-tradicional-en-valladolid.html

Creo que afortunadamente la oposición episcopal, manifiesta durante tantos años en tantos sitios, si no ha llegado a desaparecer totalmente ha decaído muchísimo. También eso es una gran noticia. Ahora la pelota no está en el tejado de los obispos sino en el de los fieles. Aquellos que la deseen tienen primero que existir y constituir un grupo estable que la solicite y además acuda a ella. Se ha comprobado también que no hay el menor problema en la coexistencia pacífica de ambos modos. Entre los afectos a la misa tradicional ha desaparecido prácticamente aquella insensatez de considerarla como la única forma válida de la misa. La totalidad, y si hubiera alguna excepción es irrelevante, de los que asisten a las que se celebran en las diócesis, los domingos en los que no hay modo extraordinario acuden al ordinario. Y unos cuantos además los días de semana. Me consta porque conozco a varios.  Y entre los habituales del novus ordo, que deben ser el 99,9% de los españoles, no hay tampoco la menor animadversión contra el usus antiquior. Como debe ser.

Mi felicitación pues a Don Ricardo, por su comprensión, a los vallisoletanos amantes de la misa tradicional que por fin la han conseguido y a Don Raúl Olazábal y al ICRSS a quienes tanto deben la existencia y la extensión del modo extraordinario. La prudencia suma, la paciencia de Job y la eclesialidad de Don Raúl están logrando lo que hace no muchos años parecía imposible. Y que tenía irritados a unos fieles, pocos ciertamente, que no se merecían el trato que estaban recibiendo en toda España. 

Saben mis lectores que no soy un habitual del modo extraordinario. Creo que en este año del que concluye el primer trimestre, todavía no he acudido a ninguna misa tradicional. Pero siempre que lo he hecho me ha impresionado muy favorablemente la piedad, el respeto, la participación de los fieles en el silencio, la media de edad, mucho más baja que en la inmensa mayoría de las misas novus ordo, que haya más hombres que mujeres y en su mayoría jóvenes o de mediana edad, el comportamiento de los niños… E incluso al término de la misa los saludos y las conversaciones de los asistentes. Como si fueran todos una familia que se quiere y se saluda. No es lo que se acostumbra a ver en otros sitios. Estoy seguro de que algunos lectores, si se decidieran a conocerla, no iban a quedar disgustados. Y alguno tal vez incluso enganchado.

 

 

 

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