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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El francés de Valenciano

24 de abril de 2014

Cuentan los propagandistas de Elena Valenciano en Twitter que la candidata socialista al Parlamento de Estrasburgo dio el otro día su mitin en París… ¡en francés! Parece bastante lógico, si tenemos en cuenta que cuando se viaja a un país extranjero lo corriente es dirigirse a sus moradores en su lengua y no en la nuestra de origen. El problema es que, como la práctica totalidad de nuestros políticos responde fielmente al patrón hispánico al que representan, es decir, la conocida pereza española por el estudio de lenguas diferentes de la nuestra, el hecho de que un cargo público o aspirante a serlo domine un idioma que no es el del imperio nos parece un suceso extraordinario y casi sobrenatural. 

Mal en cualquier caso tienen que estar los socialistas para hacer alarde de que tienen a una doña que habla, no sólo francés… ¡también inglés! Del primer curso de sociología qué les vamos a contar aunque como ya son varias las versiones escuchadas vayan ustedes a saber. Primero fue que en su currículum oficial figuraba una licenciatura completa, después que lo dejó porque se aburría y en realidad no pasó de primero. Ahora, según parece -y fui duramente reprendido por desconocerlo en la red social citada- se ha dado por bueno el dato de que no terminó la carrera pero sólo le falta estadística; todas las demás asignaturas las aprobó. ¡Oh! Elena Valenciano habla inglés, francés y tiene sociología menos una asignatura.

Hubo un tiempo, lo dejé escrito en fecha no lejana, en que ser ministro del Gobierno de España, o aspirar a ocupar un cargo público relevante en política, era una cosa seria. Teníamos abogados del Estado -como Cañete, por cierto- ingenieros, catedráticos… ahora no tenemos más que un puñado de mediocres en una gran mayoría de los casos que no pasarían de una discreta posición intermedia en cualquier empresa privada. No es cosa sólo de Elena Valenciano… se me vienen a la cabeza algunos del partido de enfrente que son para echarles de comer aparte.

Por cierto, la crítica me costó ser tildado de machista. Ya se sabe. Si un hombre critica a una mujer, por lo que sea, es machista. Qué pobreza argumental y qué poco se respetan algunas de estas feministas de salón.

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