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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.

El Gato al Agua no fabricó a Pablo Iglesias

24 de junio de 2014

Dirigir El Gato al Agua supone asumir el riesgo de la libertad. Son muchos los que ahora nos acusan de ser responsables de haber fabricado un monstruo, de haber sido los primeros en invitar a Pablo Iglesias a participar en una tertulia de gran influencia y alcance social en una cadena de televisión de ámbito nacional, y de ser, por tanto, los artífices de su éxito actual.

Nos recriminan que, si el creador de Podemos no hubiera participado en El Gato al Agua, probablemente ahora esta formación radical de izquierdas, de ideario utópico de chavismo trasnochado, no tendría el impacto político que consiguió alcanzar en las elecciones europeas. Pablo Iglesias seguiría siendo un profesor universitario que enarbola su ideario marxista de manual entre sus alumnos de la Complutense, y su repercusión mediática se vería reducida a la limitada audiencia de sus programas en una pequeña cadena de televisión de barrio.

Pero Intereconomía Televisión, en su vocación de ser un espacio libre para el análisis y la reflexión acerca de los fenómenos que forman parte de nuestra sociedad, nunca ha censurado las ideas ni dado la espalda a movimientos políticos y ciudadanos, aunque éstos fueran antagónicos a nuestra forma de pensar. Para eso está el diálogo, para contraponer puntos de vista, enriquecerse con el debate y sacar conclusiones que permitan formar una opinión objetiva. Ya lo dijo Miguel de Unamuno: “No es la unanimidad lo que nos mantiene unidos, sino la conversación”.

Por eso invitamos a Pablo Iglesias a participar en la tertulia de El Gato al Agua el 25 de abril de 2013, con motivo de la convocatoria “Asedia el Congreso” que, promovida por la plataforma ¡En Pie!, reclamaba la dimisión del gobierno, la disolución de las Cortes y la desaparición de la Jefatura del Estado. La primera frase que pronunció el profesor de Políticas cuando le dimos la palabra fue: “Lo primero, daros las gracias por la invitación; es un gusto cruzar las líneas enemigas y charlar en territorio comanche…”

En el programa tuvimos ocasión de escuchar sus argumentos y contrastarlos con el criterio de nuestros contertulios, en esa ocasión, Federico Jiménez Losantos, Alejo Vidal-Quadras, Luis Salvador, Ricardo Fernández Deu y Joaquín Moeckel. Los argumentos a favor y en contra del tema a debatir quedaron sobradamente expuestos, con lo que los espectadores pudieron formarse su propia opinión.

En posteriores ocasiones, volvimos a invitar a Pablo Iglesias para debatir asuntos como la memoria histórica, la guerra civil, el régimen de Hugo Chávez en Venezuela, la trayectoria de Santiago Carrillo y la matanza de Paracuellos, la figura de Dolores Ibárruri “Pasionaria”, el liberalismo y los mercados, el terrorismo de ETA, o la simbología republicana. En sus intervenciones, siempre encontraba el contrapunto a sus argumentos en la opinión de analistas como Fernando Paz, Eduardo García Serrano, José Javier Esparza, Kiko Méndez Monasterio, Esther Esteban, Román Cendoya, Santiago Abascal, Arenales Serrano, o el alcalde del PP de Badalona, Xavier García Albiol, entre otros contertulios habituales del programa.

Algunos de esos debates generaron una gran expectación mediática y motivaron una intensa controversia en las redes sociales, lo cual no pasó desapercibido a otras cadenas de televisión que, inmediatamente, empezaron a invitar al personaje a sus programas. Como en otras ocasiones, la emisora de la Conferencia Episcopal, 13TV, fue la primera en aprovechar la cantera generada por Intereconomía y recurrir a Pablo Iglesias, cosa que también hizo, y muy eficazmente, La Sexta, cadena del mismo grupo que edita el diario progubernamental La Razón, y, muy especialmente, Cuatro, encontrando en el espacio de Jesús Cintora el marco idóneo para difundir sus mensajes. A El Gato al Agua le estuvimos invitando hasta diciembre de 2013, momento en el que consideramos que ya había hecho aportaciones suficientes para comprender las motivaciones de su ideario.

Resulta curioso que algunos nos acusen ahora de haber sido los artífices de su éxito político. Los mismos que nunca han reparado en que los programas de Intereconomía Televisión han sido palanca de lanzamiento y plataforma habitual de opinión para muchos personajes que, ya entonces o bien más tarde, han tenido una destacada relevancia pública.

Como contertulios en El Gato al Agua han participado -algunos todavía lo hacen- ministros y altos cargos del gobierno del Partido Popular, como José Manuel Soria, Ana Pastor, Cristóbal Montoro, Ignacio Gil-Lázaro, o Cristina Cifuentes; destacados miembros del PSOE, como Antonio Miguel Carmona, Pedro Sánchez, Óscar Iglesias, Pablo Nieto, Martu Garrote o Alberto Sotillos; dirigentes de Ciudadanos, como Albert Rivera, Jordi Cañas, Javier Nart, Juan Carlos Girauta, Inés Arrimadas, Luis Salvador o Matías Alonso; de Vox, como Alejo Vidal-Quadras, Santiago Abascal, Cristina Seguí, Iván Espinosa de los Monteros, o Javier Ortega; de Izquierda Unida, como Tania Sánchez Melero; de Alternativa Española, como Rafael López Diéguez; de Sociedad Civil y Democracia, como María Jamardo; o de movimientos alternativos, como Jorge Verstrynge.

Y como invitados en nuestros programas han estado tanto el fundador de Alianza Nacional, Pablo Peña, abogado de los ultra derechistas que irrumpieron en el Centro Cultural Blanquerna, como el defensor del régimen dictatorial de izquierdas de Corea del Norte, Alejandro Cao de Benós. También hemos organizado un debate entre el psicoterapeuta norteamericano Richard Cohen, al que los colectivos homosexuales acusan de homófobo, con Javier Checa, miembro de la coordinadora gay Colegas. Hemos sentado a una misma mesa a radicales activistas del separatismo catalán con fervientes defensores de la unidad de España. Y nunca hemos impedido la expresión de una determinada ideología, mientras se tolerase la crítica y se permitiese también la formulación de la contraria. Desde la pluralidad y la confrontación de ideas hemos servido siempre a la información y la opinión pública.

Puede que algunos medios de comunicación prefieran difundir un mensaje monolítico y monocolor, contando únicamente con invitados y contertulios que ofrezcan un punto de vista próximo a sus intereses. En su derecho están, al igual que están los espectadores, oyentes y lectores en el de elegir, escuchar y formar su propio criterio. Nosotros preferimos aportar diversidad. Pensamos que el conocimiento es enriquecedor y no al contrario. Sabemos que la madurez permite a nuestros seguidores valorar y catalogar lo que ve, leen y escuchan. Por eso no le tenemos miedo a la libertad.

*Javier Algarra es Director de El Gato al Agua.

 

 

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