«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La violencia de Pablo Iglesias

El eurodiputado Pablo Iglesias nunca ha ocultado su carácter violento. En una conferencia en Segovia, el líder de Podemos pidió «disculpas por no romper la cara a los fachas con los que discuto en TV. Yo creo que fachas no faltan en este país». Además, animó a los asistentes, «en lugar de mariconadas del teatro», a irse de «cacería a Segovia para aplicar la justicia proletaria, que es lo que se merecen unos cuantos».

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En ese mismo acto, Pablo Iglesias declaró que «hay que ir a las elecciones de una manera masculina: con cojones. Le decimos al poder que aquí estamos yo y mis pelotas». Siguiendo con su típico estilo chulesco, el político mejor valorado de España animó a los jóvenes a entrenarse porque «se avecina una crisis terminal del capitalismo y tendremos que estar preparados para tomar las armas. Me gusta ese estilo».

Ni mucho menos es la primera vez que Pablo Iglesias hace público su gusto por la violencia. En otra conferencia presumía de haber agredido a otras personas: «Me rompí un hueso de una mano por dar un puñetazo. Di un puñetazo, no porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas veces en esa situación. Un grupo de lúmpenes, gentuza mucho más baja que la nuestra, intentó robar una mesa de mezclas».

 

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