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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Wolfe y las razas americanas

18 de agosto de 2014

La última novela de Tom Wolfe no es su mejor obra, pero al igual que la riqueza o la salud el talento es difícil de disimular, y hasta de las carencias de Bloody Miami -que asíse titula el libro- se aprende. Wolfe tiene algo de Twain, sobre todo en su gusto por pisar charcos que los demás se apresuran a bordear melindrosos, atemorizados por las verdades impuestas. En Bloody Miami trata con descaro las tensiones raciales de esa ciudad, y por extensión de todo el imperio, mostrando que el racismo no es unidireccional, y hasta quépunto el color de la piel o la lengua materna influyen en el desarrollo profesional y social. Wolfe chapotea en asunto tan tabúcon las ganas de Gene Kelly bajo la lluvia, y a pesar de ir siempre de blanco sale de esas pruebas tan pulcro y aseado como un virginiano de novela. Mark Twain también se metióen lodos parecidos, y cuando le acusaron de racista se encogía de hombros con indisimulado desprecio: “A mí no me importa a qué raza pertenece: si es blanco, negro o amarillo. Es un hombre y no puede haber nada peor. O sea que conocía bastante bien la naturaleza humana como para establecer preferencias. De hecho muchos de sus celebrados aforismos inciden en este sentido pesimista sobre nuestra condición: “Si recogéis a un perro que anda muerto de hambre y le dais de comer, no os morderá. Esta es la diferencia más notable que hay entre un perro y un hombre.” Y hasta se lamentaba de que Noé y los suyos no hubiesen perdido el barco.

 

Por cierto que aunque creciera a orillas del Misisipí, Mark Twain nacióen Misuri, que es el estado que anda en llamas porque ha tocado allíel nuevo episodio del gran conflicto social gringo. Como todas las series americanas, el tema repite una misma estructura: la noticia de un negro tiroteado o apaleado por la policía que desencadena disturbios violentos. Para desarrollar luego la opinión standard uno puede quedarse en los editoriales -que son intercambiables en todos los capítulos- y acudir luego a los matices que sobre cada caso dicte la corrección política. (Para quedar bien en las cenas de postín es bueno añadir alguna crítica a la proliferación de armas de fuego). Pero si se pretende profundizar sobre el por quéde esta tragedia repetida, y el mar de fondo que la agita, es bueno leer la última novela de Tom Wolfe, que sin ser la mejor sabe explicar el gran problema que habita y crece en los Estados Unidos, la difícil convivencia de las razas, lenguas y culturas, y su constante desequilibrio demográfico y económico. La necedad progre se creyóque al entrar Obama en la Casa Blanca la tensión racial desaparecería, por eso miran con estupor como el premio Nobel de la paz, después de traer más guerras al mundo que todos sus predecesores republicanos, ahora también ve arder una ciudad americana. Quizáporque los negros de Ferguson no han tenido la oportunidad de ir a Harvard, como él.

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