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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""

¿De derechas y votante de Podemos?

18 de septiembre de 2014

Determinados perfiles curriculares, demandados, sobre todo, por las multinacionales líderes, exigen cada vez mayor nivel de especialización y cualificación. 

La extrema competitividad empresarial y las nuevas necesidades que genera la sociedad (que deben satisfacer las empresas), entre otros factores, están provocando que los requisitos necesarios para acceder al excluyente  mercado de trabajo actual se encuentren en constante evolución. Máxime, si el objetivo está enfocado en posicionarse en una compañía  ganadora.

En España, desgraciadamente, existe una salida muchísimo más sencilla. Puesto que tenemos un mercado de trabajo alternativo, tremendamente activo, que nunca evoluciona y al que se puede acceder sin ningún tipo de formación ni experiencia laboral previa. 

Se trata del corrupto mercado laboral creado por la partitocracia y conformado únicamente por “empresas” subvencionadas con los impuestos de los españoles. Entre las más relevantes, podemos destacar al PP, PSOE, IU, CiU, EZQUERRA REPUBLICANA, BILDU, AMAIUR, CC.OO, UGT… 

Los más ineptos y peor formados empleados de nuestro país, con honrosas excepciones, están “trabajando” en este parasitario y clientelar mercado laboral. 

Además, las retribuciones en este opaco mercado de trabajo son elevadísimas, especialmente si las comparamos con la media salarial en el expoliado y maltrecho sector privado. 

La figura del asesor indocumentado (amigo, familiar o cliente del político, generalmente, perteneciente al bipartidismo), que no asesora pero que goza de un insultante salario es la estrella de este singular mercado.  

Sin duda, un mercado altamente improductivo, que solo se sostiene esclavizando a las familias, a las pymes y a los autónomos. Este es el retrato del mercado laboral de la casta político-sindical que, con tanto interés, sigue protegiendo al corrupto Régimen del 78.

¿Y el estereotipado perfil correspondiente al votante español, tradicional y mayoritariamente alineado al centro-derecha o a la izquierda moderada, también está inmerso en un proceso evolutivo o de transformación?  

¿Es lógico que un español comprometido ideológicamente con la derecha  pudiera votar, en las próximas elecciones, a Podemos, una formación de ultra izquierda y próxima al régimen venezolano?  

Existen en el mercado determinadas encuestas y estudios cuyos resultados han definido específicamente los diferentes perfiles socio-económico-ideológicos de los españoles que votan a Podemos. 

Y entre ellos, sobresale el relativo a aquellos españoles, que traicionados por el partido al que han votado siempre, es decir el PP, y expoliados por nuestra corrupta casta político-sindical, se encuentran al borde del precipicio laboral-empresarial, económico y social.  Este es el voto de la desesperación, que no solo se concentra en este perfil concreto. 

Quizás no sea una postura lógica pero si comprensible. La cleptocracia instaurada por el PP-PSOE ha convertido a las familias de clase media-media alta, a las pymes y a los autónomos en el nuevo proletariado español. Y a la casta político-sindical en los “nuevos ricos”.

Pero Podemos quiere sustituir a esta malvada casta por una nueva casta comunista. La solución está en la sociedad civil, que parece despertar de su letargo.

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