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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Cuatro reptiles con los que no querrías encontrarte…

… sin un cristal de por medio

Cobras que no ‘avisan’ antes de atacar, lagartos con mordedura venenosa y serpientes capaces de acabar con una cría de elefante en menos de un abrir y cerrar de ojos. Aquí están algunos de los animales más peligrosos del mundo. 

“Tu cerebro te dice respira, pero tu cuerpo no puede. Es el veneno neurotóxico”. En Sudáfrica, en el sudeste asiático, silenciosos o ruidosos… Son algunos de los reptiles más peligrosos del mundo, capaces de acabar con la vida de sus víctimas gracias al potente veneno que inoculan con sus mordeduras. En la naturaleza y por sorpresa son temibles; en el pabellón Naturaleza Misteriosa del Zoo de Madrid pueden admirarse en toda su fiera belleza. Esta es la lista de esos animales con lo que no querrías encontrarte sin un cristal de por medio.

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Cobra del Cabo o Naja nivea

Serpiente sudafricana con un potentísimo veneno, tiene además una cualidad poco común en otras serpientes: no avisa. “Cuando tú descubres una cobra se levanta y abre la cofia en señal de apercibimiento”. Ese es el primer aviso, explica a La Gaceta el biólogo y herpetólogo Jairo Cuevas, cuidador de Naturaleza Misteriosa. “Si se ignora ese aviso y se invade el perímetro del animal, se lanza a por su presa”. Normalmente, explica Cuevas, las cobras dan dos cabezazos y al tercero muerden. Es decir, quien se enfrente a una cobra tiene, salvo conductas arriesgadas, muchas posibilidades de salir indemne. No con la Naja Nivea. “No avisa, sale con la boca abierta a morderte”. ¿Y después? El veneno del animal afecta al sistema nervioso, a la conexión neuronal. “Tu cerebro te dice: vive y respira, pero tu cuerpo no lo hace”. Dependiendo de la corpulencia de la persona, del lugar de la mordedura y de la cantidad de veneno que inyecte, en media hora puedes estar en coma. 

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Crótalus Terríficus

Serpiente tropical brasileña, de cabeza triangular y con mayor tamaño que el resto de las cascabel tiene un sistema de dentición e inoculación de veneno conocido como xolenoglifo. Con colmillos tres veces más largos que los de una cobra y envainados en unas fundas en la parte superior de la mandíbula, el animal es capaz de desenvainar los colmillos, clavarlos, inyectar su veneno como si de una aguja hipodérmica se tratara y volver a envainar los colmillos en 0.25 segundos. ¿Sabes cuánto dura un parpadeo? 0.30 segundos. “Te muerde antes de que te des cuenta”, señala Jairo Cuevas que además añade que, al igual que la Naja Nivea, el Terríficus “no avisa”. Su veneno, además, es citotóxico y deshace el tejido por lo que, probablemente se pierda la parte mordida.

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Varano Cocodrilo

En su hábitat natural, estos lagartos cocodrilo típicos de Oceanía, son peligrosos por el veneno que desarrollan en las glándulas que casi todos los reptiles tienen para tal fin -no son bacterias, como mucha gente piensa- y por los enormes desgarros que provoca su mordedura. Perseguido por tribus locales, es degollado vivo para utilizar su piel en la fabricación de tambores. 

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Bitis Gabónica o Bitis Rhinoceros

Conocida comúnmente como víbora del Gabón, es la serpiente venenosa con los colmillos más largos, la más pesada -hasta doce kilos- y se esconde a la perfección en los terrenos de hojarasca propios de su hábitat natural -el África subsahariana-. Vive prácticamente quieta – “no se mueve más que un radio de un metro cuadrado” explica Jairo Cuevas- y pasa su tiempo esperando a las posibles presas. Cuando éstas llegan, lanza el mordisco y sus poderosos colmillos de más de cinco centímetros llevan el veneno del animal directo a las vísceras de las presas. Su veneno citotóxico es fulminante, además de abundante. Tanto que una de estas serpientes es capaz de matar a una cría de elefante -100 kilos-, imagínate a un hombre…

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