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Como si de una manada de lobos se tratara, los colaboradores del programa más polémico de Telecinco, Sálvame, se han despachado a gusto contra la reina Sofía. ¿Por qué?
El gran pecado de la monarca ha sido, nada más y nada menos, que irse cuatro días a descansar al Palacio de Marivent. Mila Ximénez, que seguramente no se quede en casa todo el verano y disfrute por todo lo alto de los grandes beneficios que le aporta no sólo su gran labor en Sálvame sino en otros programas de la cadena, ha sido la más crítica con la reina. Pero no pasa nada. En Sálvame, uno de los espacios que más sanciones acumula en la cadena, las groserías y los improperios venden mucho más que la educación y el respeto a las instituciones. Ahora todo vale. Incluso criticar a una reina que ha trabajado por la sociedad española, involucrada en multitud de causas benéficas, y que jamás ha sido el centro de la polémica ni del escándalo.
Los salvamitas, versión grosera de los podemitas, prefieren centrar ahora su foco de atención en sus críticas a la monarquía. Ya están acostumbrados a las idas y venidas de Kiko Rivera y todo su clan, a una familia de millonarios afincados en Marbella , o a un Víctor Sandoval que alarga su dramático divorcio hasta límites insospechables.
Si la reina Sofía no puede tener vacaciones, que ellos, esos esforzados trabajadores que viajan con coche de producción, se imaginen sin sus salidas a La Posada, sin sus viajes a Las Maldivas y sin sus vuelos en clase business.
