«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

¿Se arrugará Francia?

7 de enero de 2015

La primera reacción inspirada por el Gobierno francés fue la retirada de los medios de las crueles imágenes -más didácticas que ninguna otra- sobre la barbarie terrorista de índole islámico. Alega el Eliseo que son imágenes que pueden producir terribles consecuencias, pero esconde que las imágenes, precisamente por su crudeza, son un gran antídoto contra la despreciable barbarie. Los valores republicanos se defienden con la verdad, por eso miles de franceses buscan en medios españoles, portugueses o italianos como uno de los terroristas remata a un policía herido en tierra, incapaz de defenderse.

Unos creen que el salvaje atentado contra Charlie Hebdo hará reaccionar a Francia y que aupará a posiciones de poder al Frente Nacional. Es posible, la pérdida es muy relevante los dibujantes Wolinsky, Cabu o Charb, son intelectuales de referencia para la izquierda francesa desde los años setenta y, aunque Charlie Hebdo no pasa por su momento de mayor influencia, su asesinato por dibujar a Mahoma, debería ser un revulsivo para Francia, especialmente para la izquierda a la que indudablemente pertenecían. Está bien ser tolerante, pero la barbarie no se puede consentir.

El atentado llega después de un polémico discurso de François Hollande, uno de los peores presidentes de la República, su encendida defensa del multiculturalismo francés choca con la opinión pública que se queja de unos niveles de delincuencia callejera intolerables y con “banlieues” (extrarradio) tomadas por bandas en las que no entra la policía. Los franceses de bien tienen miedo, por eso sube el FN. Además, Hollande vendió lo del “orgullo de pertenecer a “la France” como “quinta potencia económica mundial” horas antes de conocerse que el Reino Unido ha superado a Francia en términos económicos. Pero los franceses no perdonan a la derecha tradicional corrupta, a los socialistas esclavos de ese 25-20% de voto emigrante, especialmente “maures” que les elige, con el que ganaron batallas como los menús escolares distintos.

Los suburbios retan a la República, en el de Toulon figura una bandera verde donde puede leerse: “Dentro de 20 años, Francia será una República Islámica”. La novela “Sumissión” de Houllebecq, que prevé que Francia tenga un presidente islámico en unos años, es una descripción plausible, ligada al fracaso del multiculturalismo. El gran error de los políticos franceses que pensaron que el bienestar galo deglutiría a los islámicos que viven en Francia. Las segundas generaciones, educadas en escuelas francesas reclaman el velo, algunas chicas,  y algunos chicos sueñan con alistarse en Estado Islámico. La policía cree que unos 2.000 franceses de origen islámico se fueron a combatir con la yihad, a pesar de haber disfrutado de los placeres de Europa.

No es solo una cuestión demográfica (que también) el asunto es que no hay un “choque de civilizaciones” como planteaba Samuel Huntington, sino una civilización que impone y otra que cede. Francia lleva muchos años ya con “bidonvilles” en llamas; en la mayoría de los casos por actuaciones policiales contra traficantes, delincuentes, bandas, que se han tratado de contemporizar con clamorosas huidas policiales.

De esos mismos escenarios salen los que van a la yihad, probablemente estos tres que acabaron con Charlie Hebdo, o los que les amparan en la fuga. Antes fue en Holanda el cineasta  Theo Van Gogh, por motivos similares a los que ayer dieron pie al horrar en el semanario humorístico parisino. Desde entonces (2004), Europa vive amenazada, como nosotros los españoles sabemos bien. No fue por las decisiones del Gobierno Aznar, fue para castigar “infieles” que es como nos llaman ellos y porque darnos muerte, en algunas versiones del islam da billetes a la felicidad, aunque para ello haya que inmolarse. Así son esos emenigos de la humanidad.

 

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