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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Por qué debe irse Durán

9 de junio de 2014

Esta columna está dedica a aquellos, que sin conocerle,  pensaron alguna vez que Durán Lleida era la gran esperanza blanca y que van a tener que cantar lo de Julieta Venegas : “que lástima, pero adiós”•. No voy a hablar de mademioselles parisinas; sí de placeres aristocráticos, casi que ni de política. Voy a hablar de moralidad. Parece que las ridículas desavenencias entre Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida llevarán al segundo, al democristiano, a retirarse de lo más visible y pronto de todo para volver a Barcelona. Aquí sí, me permitirán, recordar que “atar en corto” a lo Pelat ha sido siempre –a mi modo de ver- una legítima ambición de la familia Colls, la de su esposa.  

La retirada de Duran –no se engañen- esa una deuda que tenía con el mundo tras el caso Pallerols. Por si no lo recuerdan es uno de los casos de corrupción política más graves de nuestra historia. Unió consiguió, en 1989, un 25 por ciento de los cargos de la Generalitat que daba Jordi Pujol con 22.000 militantes. Durán la vio larga y se quedó la consejería de Trabajo y la de Justicia. En la segunda construyeron cárceles nuevas con amables constructores amigos. En la segunda, se repartían los fondos de formación de parados, que venían a chorro, del Fondo Social Europeo. Con la garantía de ejercer el control y tutela de ese dineral, Duran dejó planear un pacto apestoso con el empresario andorrano Fidel Pallerols Montoya. Do ut des, le llamaban los romanos, te doy para que me des.

Más de cien dirigentes de Unió se convirtieron –de la noche a la mañana- en empresarios de la educación de parados con subvención. Pallerols el que más recibía, pasó a ser el banco de Durán Lleida y, claro, Josep Sánchez Llibre, adoptaba el papel de consejero delegado. Lo pagaba todo. Ordenadores del partido, sedes, sueldos para la cuñada del líder reconvertida en carabina-espía, francachelas, juergas, champagne Veuve Clicquot, cognacs VSOP, gabardinas de la sastrería Aramis, para lo Pelat. Hasta chicas de París. “¡Que no falte de ná!” decía Pallerols . Durán pensó hasta en abrir una sucursal de Unió en Andorra apadrinada por Pallerols. Unió era una trama de intereses. Un grupo organizado ajeno al servicio a la sociedad. Pensado para servír a su líder. ¿Hay cosa peor?

Aquello acabó como acabó: Catorce años de instrucción;  dirigentes del partido “salvados” con innobles pactos con Fiscalía; y algunos ingresos carcelarios. Durán prometió dimitir si se probaba que Unió era un partido corrupto, pero no lo hizo. A pesar de la evidencia de la financiación irregular, de los mezquinos pactos, del planeamiento mediante Fundaciones (FECEA o FESEC) de los recaudadores de pasta, tipo Santi Vallvé, o de las denuncias de acoso de Judith Mascó, lo Pelat aguantó. Cualquier otro se hubiera dado a la discreción, a pasar desapercibido. Sin embargo el no.

Se puso un calzado de gigoló de Costa Azul y muleta en ristre le inmortalizaron gritando “In-de-pen-den-cia” entre la tropa catalana (11 de septiembre de 2012). Como este rollo dura una eternidad, Durán  ha representado “todos los papeles del auca”(historia catalana contada con dibujos y narrada en heptasílabos). De negociador de terceras vías, a “somos un pueblo y tenemos derecho a decidir”, todo siendo presidente de la Comisión de Exteriores, con pasaporte diplomático de España.

Si el Rey cree que le ha llegado la hora, a Durán se le pudrió el arroz. Creo que esta vez sí se irá, aunque exista el precedente de su dimisión ful a Pujol en 2001 por haber nombrado segundo a Mas, a la que lo Pelat sacó más provecho.

 

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