«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Idiotez perpetua revisable

3 de febrero de 2015

Que España está concernida por el terrorismo islámico no lo discute nadie. De hecho debería ser el país más concernido de Europa. Dice la justicia española que en 2004  una célula de terroristas yihadistas causó la muerte a 192 ciudadanos (la peor matanza en Europa), mediante diez explosiones coordinadas con temporizadores en estaciones y trenes de cercanías de Madrid. La investigación policía y judicial reveló trasiegos de Titadine y de Goma 2 ECO; pisos francos en Leganés, fincas en Morata de Tajuña. Pero es que antes, 1985, los terroristas de la yihad volaron el restaurante “El Descanso” y causaron 18 muertes de españoles en España.

Parece que todo esto se haya olvidado cuando vemos al presidente Mariano Rajoy y el líder de la oposición Pedro Sánchez escenificando el sainete “medidas para evitar los atentados yihadistas en España”. “¡Huy! tenga cuidado, que aquí dice islamista, y yo solo acepto “yihadista”, porque el Islam es otra cosa” [Sánchez], “Hay que endurecer las penas contra los “lobos solitarios” [Rajoy]; “Pues que se apliquen los máximos porque lo de condena perpetua revisable, ¡Eso no se lo pacto!” [Sánchez]. Eso es lo que los dos grandes partidos son capaces de ofrecer a los españoles para que vivan tranquilos. Por eso estamos muy poco tranquilos.

Rajoy y Sánchez saben que lo aprobado es como atajar con tiritas la femoral de un torero. Y los españoles sospechamos que el 11-M no significó nada en materia de mejora de nuestra seguridad. Zapatero impuso su tesis de rendirse ante lo que fuera y aliar civilizaciones, ¿qué pensaría “Cuentanubes” cuando los terroristas asaltaban Charlie Hebdo o el súper judío de París?

Penas más duras, no sirven para mejorar nuestra seguridad. Los que las cumplen ya han producido daño y países como Francia donde hay condenados a cadena perpetua desde antiguo, no apagan este fenómeno del yihadismo en Europa. Pero ahí tienen a Rajoy y Sánchez discutiendo sobre si son galgos o podencos.

Rajoy y Sánchez nos toman el pelo. No se toman medidas –como se hace en Europa- y lo pagaremos caro,  porque somos objetivo definido y declarado del “Califato” que, desde Iraq,  llamó a la guerra santa.

En primer lugar, no hemos destinado dinero a mejorar nuestra Inteligencia (la que falló clamorosamente en el 11-M). Nuestras fuerzas de seguridad (que baten records en capturas de islamistas radicales, no han recibido el apoyo presupuestario exigible para ser los número uno en Europa contra el terrorismo que invoca a Dios.

Tampoco hemos hecho la guerra a quienes financian desde España el yihadismo o la guerra santa. A través de la “hawala” los negocios de paquistaníes de El Raval de Barcelona o de Lavapiés en Madrid se evaden hacia ISIS sin que nadie les meta mano en España. El pacto de Rajoy y Sánchez de esto ni habla y, créanme es fácil tomar medidas.

Francia cierra mezquitas ilegales. Ese es el origen del problema que vuelve a los traficantes de hachís de la “banlieue” parisina en asesinos de kalásnikov. Las mezquitas ilegales deben ser cerradas. En Madrid hay 230;  en Cataluña más del doble. Están abiertas, por puro “buenismo” de las autoridades que practican el: “Miremos para otro lado”. Los centros de prédica ilegal están en viejos garajes de coches, o almacenes abandonados. Esos clérigos son los que –a puerta cerrada- reparten la semilla del odio por Europa.

Tras el atentado de Londres, el Reino Unido emprendió una “campaña” de expulsión de imanes radicales de lugares como la mezquita de Finnsbury Park, en Londres, el antiguo hogar del imán del garfio, el suní Abú Hamza. Los nuevos imanes provienen de entornos menos contaminados como el Yemen refugio de Al Qaeda  y desde luego se vigiló que no tuvieran experiencia en combate, como tenía el del garfio. ¡Los errores se corrigen! En España, sin embargo no se conocen  expulsiones de clérigos musulmanes que difunden el odio.

Prohibir a los nacionales acudir  a los escenarios de ISIS o de Al Qaeda, parece una prioridad. ¿Pueden ir y venir sin perder, al menos, su condición de franceses o de españoles? En España hay más de 60 y el número crece. ¿Podemos permanecer impasibles como si se fueran a Cancún? Cabe que si acuden menores, sea obligatorio tomar medidas ¿O vamos a contribuir, con nuestra pasividad- a que les conviertan en perros asesinos? ¿Se han enterado de eso los jueces de la Audiencia Nacional?

Si las mezquitas son el lugar de captación en el que te venden que morir en el combate es lo mejor; las cárceles son el lugar donde te haces con los contactos y las técnicas, con el pasaporte al kalashnikov y con el “permiso para matar” europeos en Europa. En Francia acaban de decir aislar a los condenados por yihadismo.

.
Fondo newsletter