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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

El plan torticero de Mas

18 de julio de 2014

Los lectores de Gaceta.es supieron -en exclusiva- que la ley catalana de consultas iba a convertirse en el último escenario político en plena cuesta abajo hacia el 9 de noviembre y el referéndum secesionista. Parece increíble desde lejos, pero se trata de una trampa saducea. La ley se perfila como de consultas no vinculantes y se apruebe en el Parlamento catalán como lógicamente referida a competencias de la Generalitat catalana y de los ayuntamientos catalanes. ¿Cómo entonces se puede aplicar a una consulta de carácter secesionista?

Ese es el “¡Alehop!” que se tiene que pactar con el PP, que tiene el botón de la destrucción del invento. Mas pide a Rajoy que no la lleve al Tribunal Constitucional (esto es que no la suspenda) y que le deje usarla como edulcorante de la consulta secesionista. Una válvula de escape que permite votar algo a los catalanes, no vinculante. Si Rajoy acepta se equivocará.

Esto es una vez aprobada, ser “generoso” y amable con la interpretación de que el “encaje” de Cataluña es asunto y materia competencial de la Generalitat y por lo tanto, procedente, que se use la ley de consultas catalana para hacer un referéndum light se celebrara. Tragar con el plan torticero de Mas, tendría costes políticos para Rajoy, aunque rebajaría en el corto plazo la presión política en 2014. Para Mas si es la tabla de salvación, la cuadratura del círculo que le permitiría salir del callejón en el que se ha metido.

 ¿Y si sale que sí? , se preguntarán ustedes. Bueno, instalados en el cortoplacismo, nuestros políticos rara vez piensan en las consecuencias futuras de sus pactos y apaños de hoy. ¿Se acuerdan de los agradecimientos a Rubalcaba cuando se marchó? Si sale sí, en poco tiempo tendremos consulta vasca y quién sabe si otras más. Se acuerdan de aquel Rajoy que tildaba de “líos y algarabías” la cadena humana pro independencia. La indolencia también es culposa.

La hoja de ruta” del independentismo catalán, con ese si en el bolsillo, tomará el estilo kosovar.  El Parlamento catalán, de forma unilateral declara la independencia del territorio y su separación de España y la proclamación de la República catalana. No muy distinto a lo del 14 de abril de 1931 con Companys en el balcón.

Mas quiere tener el partido “en primer tiempo de revista” para el 11 de septiembre, la Diada. Huele a elecciones anticipadas, también por eso se aparta a Oriol Pujol Ferrusola afectado por presunta corrupción y se elige secretario general entre el abstruso Felip Puig y el insólito y amenazante Francesc Homs, portavoz de la Generalitat. Mientras en las prisiones catalanas, los presos preparan las cajas; con dinero público se trabaja en un censo sui generis  y, si se cambia la pregunta, va a ser un problema porque las papeletas con las dos preguntas de Mas están en pre impresión. Recuerden que las preguntas diseñadas por Mas son; ¿Quiere que Cataluña sea un estado?”. Los que voten que sí, tendrán una segunda pregunta, que dirá: “¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente?”. Por si acaso, Mas ya prepara las movilizaciones para el 11 de septiembre, que es una prueba de fuerza

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