Un empleado vendió a los Pujol
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El problema del clan Pujol se precipitó hace unas semanas cuando un empleado de la entidad financiera andorrana donde estaba refugiado el dinero, por mantener un enfrentamiento con la misma, entregó datos confidenciales de los clientes a manos ajenas.
El empleado vengativo ocupaba un papel relevante en el departamento jurídico de la entidad andorrana. Él “traicionó” las garantías de la entidad a los Pujol sobre la total opacidad de estos saldos, incluso durante la amnistía fiscal de Montoro. Simplemente les vendió.
Los Pujol han tenido el mismo problema que Artur Mas con el dinero de su padre, que fue descubierto a partir de que un empleado desleal del LGT Bank vendió un CD con datos de cuentas de la entidad de Liechtenstein al fisco alemán.
El dinero del padre de Jordi Pujol, Florencio fue sustancialmente repartido en parte iguales entre la esposa de Pujol, Marta Ferrusola, y sus siete hijos hace unos 25 años. Desde entonces, ellos son los propietarios de los saldos, aunque su padre se autoproclame responsable del desaguisado fiscal en la nota pública.
La prueba de ello es que el clan Pujol ha presentado cinco diferentes “paralelas”, que cubren el 43% de lo que deberán ingresar a la Agencia Tributaria. No todas las declaraciones son iguales, ya que unos conservaban intacta la cuenta y otros habían gastado parte de la misma, con lo que su saldo era menor y la cantidad defraudada también. El total de lo que mantenía el clan Pujol en Andorra son 4 millones de euros en partes no iguales.
Así la cuenta de la hija dedicada al estudio del yoga y a la danza, Mireia, es de las que más ha tenido que pagar a Hacienda, a pesar de que sus hermanos mayores y multimillonarios Jordi y Josep se burlaban de ella calificándola de “mileurista” por su vida austera.
Alguno de los hijos de Pujol no creyó en el consejo de la Banca Privada de Andorra y acudió a la oferta de regularización que planteaba el ministro Montoro. Pero la mayoría, sin embargo, siguieron como la madre con el dinero escondido en Andorra hasta que el escándalo saltó por los aires y los números de las cuentas, incluso algún movimiento de las mismas aparecían en un medio de comunicación de los que compran materiales informativos. A partir del 7 de julio, todo saltó por los aires.
Las paralelas han entrado por vía telemática y el pasado viernes un despacho de abogados barcelonés libraba el escrito de Pujol pidiendo perdón a la opinión pública.
Así que Jordi Pujol padre difícilmente pueda ser implicado en delito fiscal, pues no es titular de las cuentas desde hace 25 años. Su declaración pública pretende descargar de responsabilidades a su esposa e hijos. Ahora Marta y sus hijos deberán esperar a que Hacienda les fije los intereses de su “paralela” y, posteriormente, a que les multen con una sanción del 150% de lo pagado ahora. Es decir un 60% más de lo ingresado en las paralelas.
Los hijos y esposa de Jordi Pujol van a ser objeto de inspecciones fiscales, eso es seguro. Sin embargo, la ley actual establece diferencia entre lo que se deja de ingresar a Hacienda (susceptible de delito fiscal) y lo que se deja de informar al fisco. En el caso de los Pujol tenemos que lo anterior a 2012, estaría prescrito a efectos penales y que lo posterior, se sanciona y se multa fuertemente, pero por haberlo declarado en abril de 2013, pero difícilmente va a perseguirse en el ámbito penal.